lunes, 11 de septiembre de 2023

Poema: Verano infernal (Valentín Ferrer)

Bajo un cielo de brasas que no ceden,
erraba un alma entre campos de muerte,
un hombre del abismo, en cruel suerte,
cuyos pasos el silencio preceden.

El sol, verdugo cruel que no se esconde,
en su espalda azotaba, piel cuarteada,
vislumbraba visiones retorcidas,
de aguas negras y sombras encadenadas.

Soñaba con pantanos, oscuros y profundos,
donde cuervos graznan lamentos moribundos,
y árboles marchitos gimen con el viento.

Mas al despertar de su pesadilla,
halló su tierra aún más despojada,
y sintió en su pecho la fría garra helada.

Su piel, curtida por dolor sin fin,
reflejaba el tormento de su existir,
el campo que una vez verde floreció,
ahora yace muerto, por el sol consumido.

Toda esperanza se esfumó con el viento maldito,
y su corazón, antes palpitante,
yace ahora en el abismo del desconsuelo,
añorando la sombra de un pasado remoto.

¡Oh verano implacable, mensajero del olvido!
Has arrancado la esencia de este ser perdido,
que ansía la sombra de un descanso eterno,
y el silencio de un final, tranquilo e interno.

Pero en algún rincón, un eco persiste,
la promesa de que tras este sufrir,
quizá llegue el alivio, la oscuridad amiga,
que envuelva su ser y lo deje partir.

Y así, bajo el cielo infernal y desolado,
sigue su marcha, sin esperanza, atormentado,
con la certeza de que, al final del camino,
hallará la paz en el abrazo del destino.

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