El rey de Aragón y Nápoles, fue un importante mecenas del arte y la erudición en el Renacimiento, aunque Damián Forment es el verdadero creador de la Escuela del Renacimiento en Aragón, autor de numerosos encargos y obras, creador de talleres y con un buen número de ayudantes para que los futuros artistas puedan trabajar y aprender. Muchas de las mejores obras que salen de sus estudios, que son importantes para Aragón y uno de los más activos del resto de España, están basadas en dibujos y modelos sonoros de sus estudios. Una de las cosas que dirige el énfasis del Renacimiento en la empatía y el crecimiento personal es la creencia en dar contenido a los estudiantes.
Alfonso I de Aragón pasó gran parte de su vida en guerra con la población musulmana, pero fue fundamental para fortalecer el reino aragonés y mantener el poder hasta el siglo XVIII. En este capítulo se describen los pasos que dio Antonio Beccadelli (también conocido como Panormita) para situar a Alfonso en el centro de la atención literaria y artística.
A lo largo de los siglos, la estructura política y religiosa de las ciudades cambió al quedar bajo el control del rey Alfonso I de Aragón. Se coronó la confederación del Reino de Aragón, Valencia, Mallorca y el Principado de Cataluña, y Aragón tuvo el carácter distintivo de un estado cristiano. Pedro II de Aragón, que había recibido su corona de Roma (como Papa), se convirtió en vasallo papal y mantuvo su reino como feudo papal.
Aunque las relaciones entre el Reino de Aragón e Italia eran buenas, en Castilla y Andalucía no trabajaban artistas procedentes de Italia, excepto el florentino Juan de Moreto, que vivía en Aragón. Los mecenas del reino, sobre todo del primer tercio, se inclinaban por exigir una comprensión romana, no moderna, del arte gótico moderno, y el Renacimiento fue más allá de las obras clásicas y antiguas de los romanos. El maestro Morlane, conocido en el siglo XVI por adaptar nuevas formas de arte renacentista, fue un verdadero pionero de estos cambios en el reino.
